La intención de esta acción, en su inicio fue sugerida por la arquitecta Natalie, el paisaje cotidiano afuera de su finca, se sentía y se vivía obstruído por los locales de restaurantes que infringen la ley de colocación de mesas en el espacio público. Hay varios cuestionamientos sobre el uso del espacio público en función a una libertad en la que no se paga, en la que no se necesita consumir. La posibilidad de la pieza se desplazó a una posibilidad de emplear un entorno de connataciones mayormente políticas. En el edificio del Ayuntamiento, los funcionarios tienen el permiso y el "derecho" de aparcar durante la semana en una plaza que pudiese ser para los ciudadanos. La realidad es que estas sutiles "costumbres" hacen que nosotros, pensemos que las cosas deben ser así, es parte de lo cotidiano y de un paisaje construido que muestra claramente niveles jerárquicos. Se decidió hacer un desayuno convencional en un cajón de estacionamiento, aplicando tácticas como la de estacionar un automóvil para apartar el espacio y que el día siguiente de pleno, los funcionarios vieran nuestro espacio tomado. El fondo de esta plaza estaba decorada por una campaña sobre "los derechos humanos" de corte informativa, sumamente cuidada en su estética, pero sumamente hueca y vacía, pero para nuestra pieza podía valernos.
El caso es que la CAM-Obra social, nos hizo una pequeña recomendación- petición: "Por favor no hagan la acción, o si la hacen haganla la próxima semana y nos desvinculan". En un apartado se hablará sobre este tipo de incidencias de las instituciones que supuestamente están interesadas en el desarrollo de la cultura y la exploración en los lenguajes contemporáneos. Con estos sucesos, el ánimo del colectivo descendió y se vio modificado hasta el resultado final, que de alguna manera perdió la fuerza de la denuncia, pero ganó en formas sutiles de hablar de preocupaciones actuales para poder continuar explorando en estas nuevas maneras de expresión y de hacernos pensar de manera distintas nuestro entorno.